domingo

Mar-flores-Lago-asteroides-Volcán-estrellas

Eramos dos, vimos que eramos luego tres, rápidamente nos volvimos cinco. Un algo rondaba entre las hojas y esas aves que se veían demasiado brillantes. Caminamos y allí eramos sólo cuatro, pronto fuimos seis. Apareció un ser con sombrero y este despertó al humo. Flores naranja y algunas hojas con olor a mango. Cotidiana cadena de actos sin público ni guión adecuado. Un macaco bailaba entre la energía de la lluvia y sus propios silbidos, un demonio contemplaba su mirada débil y sonreía a los pasos... seres de un cuento creían tener vida.

Primero el mar y su fuerza, sólo nubes blancas y un frío que sólo la brisa y su sal pueden demostrar, la habitación de errantes iba colgada en mi espalda. Luego el lago, llegamos sobre algunos venados a buscar banderas y sus colores, las cargas las dejamos en una cueva de un valle pintado de azul. Y hoy en el volcán, admito que nos hizo falta ánimo, también comida, para ir a las tumbas y regresar con alas de pajarito nacido del alba.

Realmente en esta travesía eramos sólo dos caminantes con instrucciones de cuidar al otro, mas la orden fue olvidada. Poco importó lo que nos rodeaba. Una puerta de entre el contorno, al parecer ya íbamos para otro viaje, mas la suerte lo que es, dos amorfos se colocaron frente a nosotros y pidieron poder acompañar. El fuego demandó euforia y los olores crearon locura a un acompañante. Mis manos se contuvieron, mis ojos se relajaron. Más locura y gritos. Mis manos se contienen, mi ojos ignoran. Más locura. Mis pasos se alejaron, pero la locura me seguía. De pronto un golpe se acercó a mi rostro... mi reacción se volvió puño con dirección a la nada chocando con humano... rostroysangre,dientesderojo,gritosdolor,respirosperdón... tuve que reír ante mi travesura, otro miró en silencio, unos más grito inconsciencia como escudo y el último sólo pudo llorar y sangrar.

El tercer día y el cansancio vino a decir que pronto llegaría a gobernar. No soportamos la advertencia y tomamos un par de asteroides para huir del cansancio. Y así lo hicimos. Dirigimos los pasos a la sombra de los árboles y nos alimentamos de la última estrella que había en la noche. Un viaje más al terreno baldío era lo que pedíamos, un camino a la telaraña donde murió nuestra conciencia.

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3 comentarios:

TEA CUP CLUB dijo...

Nunca habia visitado tu blog, me encanto!!!!! Queria dejarte este mensaje antes de seguir leyendote.

Un abrazo Chapin desde Upland, California

Veronica

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Advierto la influencia del excelso Asturias en este texto. ¿Un homenaje al maestro?

Por lo demás un gozo de imaginativa lectura. Lo de devorar una estrella me ha llegado...

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Saludos.

Metáfora Espiral dijo...

Un regreso al planeta del Principito, un navegar en aves, una serpiente amiga de un carrusel del mal tachado inframundo¡¡

On Avant mi buen Mar ¡¡

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