martes

Paseando

La ilusión la recuerdo
también las escenas de otro color,
pero siempre con esencia propia.

Recuerdo los delirios los gritos
mas sé la euforia fue escasa.

Sonrisas, vasos y palabras olvidadas
el cielo fue el escondite
para acurrucarse entre creaciones propias.

Conocí dragones sin ojos y demonios mudos
también conocí el tamaño de mi corazón,
y entonces, al pasear entre destellos de ira
inició en mí la añoranza de un adiós.


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