RELATO TONTO Y ABURRIDO "X"

No sé si perdí mis letras o si sólo estoy cansado. No sé si estoy solo. No sé que hago, que escribo... que pienso. Es como tener miedo de un algo interno, quizás de lo que me sucede. Para encontrar solución sólo puedo leerme. Dudar y temer. Leer mis relatos para ver que poco dicen, que me digo y así iniciar a descifrar los puntos, las comas, la cacofonías ocultas por signos, las palabras, ir viendo anagrama por anagrama de cada una de las oraciones inconclusas. Luego irme y regresar. Dejar de un lado todo lo escrito y de nuevo leerme para ir entendiendo mi ego acrecentado en cada metáfora y entender esa especie de narcismo donde utilizo al papel como espejo, ir también entendiendo lo tedioso de mi redacción que va haciendo callen y duerman mis otros yo.

Después de todo quizás si he perdido mis letras.

...quizás, tal vez... tal vez, quizás....

Es pues todo tiempo de búsqueda todo el tiempo que me transcurre, de innecesaria búsqueda dado que no se sabe el objetivo que se persigue o a que se debiese llegar. Está así lo presente de que siempre he encontrado sin saber por qué o si lo mereciese. Es posible que sería mejor dejar de buscar como si existiese ese imaginario llamado destino y colocar en eso confianza ciega, empero eso sería lo más ridículo por hacer y aunque los temores se visten con ropas nuevas atrayendo a un camino de supuesta travesía donde mi dormir gobernara a causa de la desgana... mas como atrae esa fingida risa, parece tan eterna, tan verdadera.

Habiendo releído y siendo insultado por mi mismo es que me da asco tanta idea tan mal estructurada, es como una batalla de bestias amontonadas destrozándose y comiéndose dentro del corral de pelea que es mi cabeza, bestias que vomitan incoherentes mundos y defecan conclusiones obtusas.

Sólo se comprende que es falta control pues en este universo casi silente gritos otorgan caos de espirales obligando a soledades debidas pero más que todo por prevenciones propias pues se sabe que el sello ha sido quemado y la moribunda consciencia a cada momento cae, sería imbécil confiar mi sombra a mis insípidas letras y envolverme en mí y cumplir el primer delirio que se tiró en una concavidad de mi débil bomba, sería imbécil y poco aconsejable pero también es lo más adecuado. Ir por ese instante libre de cordura y del infinito remordimiento, ir por ese respiro de locura instintiva.

Así entonces coloco este escrito en la lista a cumplir... 1 tres con lágrimas deseadas... 2 iniciales de nombres poetas... 3 cuestión sin intriga retando... 4 con entrevista corporal... 5 espectral esperanza... 6 la duda expuesta ante el espejo... 7 rasgando escenas sospechadas... 8 observando pasos yéndose... 9 la presunta posesión... 10 la escena completándose... todo número muerto en paréntesis de una secuencia mal formada y dirigida a ser lo más tonto y aburrido creado por este ocioso que ahora calla y se aleja en el último relato tonto y aburrido de este decálogo de conjeturas inexistentes.

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