Ayer estaba en un siempre falto de esencia, estupidamente triste por no tener por quién llorar, cerrar los ojos fue deseado para encontrar otra secuencia de escenas, pero no podía, entonces me vi lento y un poco aturdido por estar consciente, por estar naufragando en un mar de escenas que no ocurrieron, en un abismo de recuerdos que no debí obtener, me golpeé con una mirada de espejo y pronto sentí cálida gota que caminaba lenta en mi rostro, no era sangre pero sí era tibia. ¡Una lágrima! Vaya que sí me costó volver a sentir y junto con esa fuerza que estaba oculta mi sueño gobernó.
Un adelantado, pequeño que soñé corriendo a mi lado riendo conmigo y alegremente curioso. Desperté y ví eran apenas las once con cincuenta y cuatro minutos.
...debo dormir, no debo estar en madrugada con rostro despedida.
Un adelantado, pequeño que soñé corriendo a mi lado riendo conmigo y alegremente curioso. Desperté y ví eran apenas las once con cincuenta y cuatro minutos.
...debo dormir, no debo estar en madrugada con rostro despedida.
4 comentarios:
Morfeo no juega jamás al azar...Cada detalle que la conciencia enfoca, lo mezcla con las notas más sutiles y sorprendentes del lado usualmente silente¡¡
Cheers¡¡
siempre se trata de sueños, sueños cautivantes que, en la gran mayoria de las ocasiones, nos invitan a cerrar los ojos y seguir soñando
.
Quizás quisiera dejar de sentir.
Quizás quisiera no llorar más.
Quizás quisiera tener a alguien por quien llorar y sentir.
Quizás quisiera dejar de sentir, porque lo que siento es el vacío y lo que lloro es el desconsuelo de vivir mis días en soledad, inundados de incoherentes recuerdos sin nadie que entregue momentos nuevos.
P.
Lo sueños son realidades imaginarias.
Y Morfeo siempre nos gana la partida.
Un abrazo.
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