Tengo tantas ganas de escribir, tantas palabras que rebotan entre estallidos de recuerdos, tanta imagen llena de mierda metafórica, demasiada fuerza entre líneas signos y aberraciones crepusculares. Ya no puedo escribir como lo hacía antes, por desahogo y sentimiento de cursilería, por furia de aquella nada en la que me perdía adrede. Tenía razón... nunca debí tener razón pues mis palabras se volverían aún más metódicas, y como lo están leyendo ahora están más frías y faltas de esencia. Como ya lo mencioné, tengo tantas ganas de escribir que no puedo contenerme y cuando lo hago el caos se me apodera de mis manos haciendo vaya vagabundo entre ideas que se contradicen, que no se aceptan.
Junto con el arribo de la razón mis personajes tuvieron que morir, o por lo menos ha muerto eso que los hacía parte activa de mi delirio mental, ahora sólo hablo de ellos, no como antes que eran ellos los que me contaban que les ocurría, no como antes que se colocaban frente a su universo gritando al infinito lo que les sucedía sabiendo que yo los escuchaba.
¿Y a que viene esto? Viene sólo porque así debía ser, sólo porque lo necesitaba y porque...
Entonces, ya después de este estúpida secuencia de imágenes vacías me calmo, me enfrasco como debía hacerlo aquella llama que de mis ojos escapó, y coloco mi última palabra por este instante en el que me deterioro y suplico por un desahogo mayor, por una lágrima que hace tanto está en mis visiones.
Junto con el arribo de la razón mis personajes tuvieron que morir, o por lo menos ha muerto eso que los hacía parte activa de mi delirio mental, ahora sólo hablo de ellos, no como antes que eran ellos los que me contaban que les ocurría, no como antes que se colocaban frente a su universo gritando al infinito lo que les sucedía sabiendo que yo los escuchaba.
¿Y a que viene esto? Viene sólo porque así debía ser, sólo porque lo necesitaba y porque...
Entonces, ya después de este estúpida secuencia de imágenes vacías me calmo, me enfrasco como debía hacerlo aquella llama que de mis ojos escapó, y coloco mi última palabra por este instante en el que me deterioro y suplico por un desahogo mayor, por una lágrima que hace tanto está en mis visiones.
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7 comentarios:
pasame tus palabras, porque yo hace rato, que lloro porque no las tengo.
a cambio una lagrima salada y gruesa para vos.
no hagas trampa, pasamelas :)
petra
y es que hasta escalofrio me da.. esa conexión tan rara q tenemos vos y yo.. con gran distancia de por medio y veo en vos un espejo.
Por estos dias pienso demasiado, analizo mas- Lei algo de bunbury creo q decia: "no hay amor que no valga los 100 años que dura la pena" je, eso no nos lo enseñan o sera esa jodida maña de no leer manuales y hacernos los cabrones ja, por eso mordemos el polvo.
un abrazo sincero Mar.
Quizá porque creas, construyes y desmoronas. La escritura es además de una reorganización interna, una vía de escape. Es normal que la prosa se descarne y se haga más nuestra y menos pendiente de influencias. Lo importante es no dejar de hacerlo.
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Saludos.
Las musas de la escritura se inspiran en la pena, nostalgia y pérdidas de norte. Huyen despavoridas ante el menor atisbo de vida en su camino. Reaparecen en el momento menos esperado.
Volví, gracias por tu recibimiento. Un beso.
Cuando se tienen tantas ganas de decir, las palabras se reflejan hasta en los vidrios, y leemos a través de ellas.
Saludos.
y en ocasiones, las penas, angustia y desesperacion pueden hundirte en un mar de sentimientos que te ahogan y entorpecen tus dedos, escribiendo no lo que sientes, sino lo que piensas
.
Y aún, pese a haberte enfrentado al vacío de la inspiración y al abandono de la negra musa, has sabido sacar palabras de donde solo había oscuridad, y nos has arrastrado contigo...
Lametadas.
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