NOS VEMOS PRONTO

Ya no amaneció, me quede estupidamente paralítico en la noche, vacío de lágrimas, lleno de dudas y con el rostro del frío llevándose mis letras. Ahora sí siento enojo, la ira de decenas de ausencias y me viene la fuerza que sólo se siente cuando ya sabés que estás débil. Mi cuerpo lo veo, vil vagatela de un día pasional entre susurros, mentiras y el enigma de decir te amo ¿de qué sirve amar cuando no querés que te amen? Bueno igual y me despido, digo adiós con serenidad y me voy besando una imagen que está tatuada en mi puto corazón. Y ahora en esta suspensión siento una catarsis de la mala racha de los déjà senti, esa sensación de saber que no sabré, de caminar y no llegar, pero que importa ya caminar, me interesa más emprender el vuelo con la esperanza masoquista de volver a caer. Sea esa considerada mi rutina. La maldita rutina que me obliga a hablar sólo de mi descarada nostalgia, y esa adicción al estado gris para cambiar a rojo. Y viceversa. Que aburrido soy. Y eso es todo lo que quería decir, que no es mucho, pero como bien es mi puta maña de escribir y explicar sólo entre letras y allí ya escribí demasiado, así que si no entedés pues la verdad no lo siento, es más me alegro y te permito mandarme a la mierda que de por sí hace tanto que nado en un lago de defecados sentires.

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