viernes

DEPEDIRSE UNO MISMO

Él culpa la ilusión de la esperanza
y por eso la deja morir al toque del día
se culpa por tener envuelto el corazón
y bien sabe que no se salvará
ni cuando encuentre oración.
No hay por que clamar si no hay razón
interesante es observar
ese otro sendero
pues lo divisa con pasión
y absurdo anhelo.
Se postra frente a un árbol
la sombra lo cubre
y en la tierra coloca sangre y lágrimas,
pronta y abrupta decisión.
En una piedra fefleja su rencor
dejandose al olvido de su propio adiós.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guauuuuuu ! que poema...y bueno yo me pinto la cara para comenzar el 2007 y vos escribis con colores
Chau bloguero
recomenzar .blogspot.com

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